La creación de las cárceles es un paso agigantado en la evolución del castigo. Aunque en la antigüedad existieron calabozos y otras estructuras creadas para la privación de la libertad, las cárceles son instituciones del poder público y como dice Foucault, representan un aparato del Estado para vigilar, castigar y segregar a "los malos" de los "buenos". Las primeras cárceles estaban diseñadas para provocar un gran sentimiento de vulnerabilidad debido a las condiciones infrahumanas y a que su arquitectura permitía que los prisioneros fueran vistos desde cualquier punto de la cárcel y en todo momento. Esto evitaba que pudieran tener privacidad alguna y retomó del cristianismo la vigilancia permanente como medida de opresión. Un preso que perdió su privacidad junto con su libertad no es distinto de un niño que no miente por temor al castigo de un dios que todo lo ve.
viernes, 17 de abril de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario